Cuando alguien tiene el privilegio de trabajar como mediador, y no ser abogado, y haber ayudado a cerrar acuerdos y cuando se ha comprobado personalmente la satisfacción de las partes tras el acuerdo alcanzado, el agradecimiento a la labor del mediador y el cumplimiento voluntario de los acuerdos, resulta difícil explicar por qué los ciudadanos siguen sin acudir...