Érase una vez un rey muy rico cuyo nombre era Midas. Tenía más oro que nadie en todo el mundo, pero a pesar de eso no le parecía suficiente. Nunca se alegraba tanto como cuando obtenía más oro para sumar en sus arcas. Lo almacenaba en las grandes bóvedas subterráneas de su palacio, y pasaba muchas horas del día contándolo una y otra vez…
Y todos conocemos como sigue la historia del Rey Midas, todo lo que tocaba se convertiría en oro….
Y ahora pensemos…. Estando tan de moda la mediación en tantos campos de aplicación, no empezaremos a sentirnos como el Rey, que por donde pasemos y haya conflictos allí deseemos estar porque lo vamos a «solucionar». ¿Tan importantes nos creemos?
La mediación no va a solucionar todos los conflictos, no todo el mundo debe ni puede acudir a mediación, y no todos los conflictos son mediables. No seamos ilusos y no nos creamos indispensables, es verdad que la mediación crea adicción para el mediador o síndrome como dice una amiga mía.
No pensemos que en todos los lugares donde hagamos intervenciones vamos a conseguir éxitos, va a triunfar la mediación. No todo el mundo está «maduro» para un proceso de mediación, todos somos capaces de generar conflictos pero no todos somos capaces de resolverlos ni de mediar en ellos.
Es verdad que aquellas personas que viene voluntariamente a mediación traen ya un carácter diferente a la hora de intentar resolver su conflicto, pero nuestra sociedad de momento no esta preparada para la mediación porque nuestra sociedad necesita que la mediación despegué y no sólo la mediación sino cualquier método alternativo para resolver conflictos.
Hace unos días escribía que si no existieran los mediadores habría que inventarlos y me ratifico en ello, pero nunca escribiré que los mediadores han llegado para resolver todos los conflictos sean del ámbito que sean,…
Y la mediación antes de la Ley civil y mercantil estaba dando pequeños pasos, hacia la lluvia fina que pedíamos, pero ha sido reglarla y salen mediadores «como champiñones», todas las profesiones se están subiendo al carro de la mediación, y antes , ¿ no había conflictos? o estamos viendo un campo «profesional» de actuaciones y por sí acaso vienen mal dadas pensando » me voy hacer mediador»…..
Menos mal que tengo la esperanza que en 4 o 5 años los Midas de la mediación se den cuenta que esto no es lo suyo y queden o quedemos aquellos que han o hemos apostado por hacer de la mediación una filosofía en nuestra vida en nuestro entorno, no en billetes de euros.
Que de esta manera algo tan bonito como es la mediación tenga unos pilares fuertes y básicos y no sea un cajón de sastre donde todo el mundo quiere entrar por » si viene mal dadas…»
Gracias por permitirme expresar ideas que no pretendo sean compartidas sino reflexionadas.
Estoy contigo José Antonio, pero a mi no me preocupa porque cuando pasen esos 4 ó 5 años que comentas, será el mercado el que ponga a cada cual en su sitio. A día de hoy sería imposible que todos los que estamos y todos los que son, podamos mediar. No hay conflictos para tantos.
Gracias Tomás, estoy totalmente de acuerdo contigo, ya lo sabes. Y quiero agradecerte tus reflexiones aquí y en tu blog porque nos sirven para pensar e ir sembrando poco a poco, sin prisas, y algún día recolectemos los frutos de esta semillas que profesionales como tu van dejando. Un abrazo. José Antonio