Más allá de tener una memoria increíble o tener gran facilidad para el cálculo o retener textos, existe otro tipo de inteligencia que incide directamente en nuestro bienestar personal: inteligencia emocional.
Entiendo por inteligencia emocional la capacidad que tenemos de que nuestras emociones jueguen a nuestro favor y no en contra. Nuestro sistema emocional marca el rumbo. Si no aprendemos a utilizarlas con inteligencia entonces podemos caer en lo que los psicólogos denominan «secuestro emocional»,
¿Cómo debemos actuar en mediación con nuestras emociones?
Lo primero es identificarla claramente. Luego aceptarla, sin juzgarla ni procurar que la repriman. Podemos regular la emoción haciendo una pausa, mediante la respiración… para serenarnos.
Luego nos autoanalizaremos, preguntarnos si esta o no justificada, si es o no desproporcionada, y por ultimo expresarla, sin dañarnos ni dañar a los demás.
Habréis oído hablar de Goleman, que definió la inteligencia emocional como «aquellas capacidades que nos ayudaban a afrontar los obstáculos sin caer en el desánimo, …», pues no olvidemos que existe una relación directa entre razón y emoción. Que la educación emocional enseña a gestionar las emociones use eriamos incluirla en los programas curriculares de los centros educativos en cualquier nivel.
En un proceso de mediación las emociones están a flor de piel tanto para las partes como para el mediador, debemos aprender a controlar las nuestras y dejar que las partes saquen las suyas no debiendo nosotros juzgar si son adecuadas o no, si son exageradas, o si no vienen a cuento. ¿Alguien gestiona las nuestras?.
Las emociones positivas hay que construirlas y debemos aprender a gestionarlas, quiero decir encontrar un equilibrio entre tomar conciencia de las emociones y regularlas de forma adecuada. No debemos tampoco olvidar que reaccionamos a las emociones según la forma en la que hemos aprendido hacerlo y nuestro carácter. Tienen un cierto aspecto genético.
Y no olvidéis que las emociones se contagian, si creamos un clima emocionalmente tóxico es muy difícil llegar a un acuerdo. Por el contrario si creamos un ambiente positivo, donde todo fluye, se crea un clima emocionalmente inteligente en el que se contagian las emociones y sale la creatividad. Pero cuidado, que se puede pasar de un clima de entendimiento a uno tóxico en décimas de segundo, no bajes la guardia. Se genera una emoción contraria y aquello que nos estaba yendo bien pasa a ser una pesadilla.
¿Qué nos dicen las emociones primarias? Entendiendo por primarías aquellas innatas en el ser humano. Alegría, tristeza, ira, sorpresa, aversión, miedo… Todas las emociones son útiles y necesarias en el proceso de mediación. Se trata de saberlas interpretarlas y expresarlas sin dejar que nos avasallen.
Si bien no elegimos que sentimos, somos responsables de como manejamos nuestras emociones, hagámoslo correctamente y seremos esas «personas medicina» que necesitan las partes en mediación.
Gracias.
José Antonio Veiga
Siempre aprendiendo con tus lecturas. Saludos
Buenas tardes. Antes de aprobar la entrada que has hecho y contestarte me gustaría, si lo consideras oportuno, me facilites tu mail para contestarte por ese medio.
Un saludo
Jose A.