Luces y sombras en la mediación.

El año 2016 se acaba y en estos días todos nos ponemos a hacer balance del mismo. Muchas cosas ponemos en el debe y en el haber, pero al final lo que cuenta es que signo tienen el balance definitivo, si lo terminamos en positivo o en negativo.

Eso pretendo, hacer un pequeño balance de este 2106 mediador, siempre desde el respeto y sabiendo que las percepciones de uno no tienen porque ser la del otro. Porque los intereses y necesidades de unos no son las de otros.

Acabo el año analizando que en mediación tenemos muchas luces y cada vez más sombras. 

Luces que animan, que iluminan el camino de la mediación, personas mediadoras y no mediadoras por las que merece la pena seguir adelante, personas que son espejos donde mirarte, aprender, donde cargas la energía para seguir adelante. Dejemos de quejarnos de que no nos apoyan las instituciones, ya lo sabemos, pero actuemos, pongámonos las zapatillas de caminar y entre todos avancemos dentro de nuestra sociedad, seamos sembradores de mediación, no plañideras de la mediación.

Tenemos un buen producto, salgamos con la cabeza bien alta a venderlo, difundirlo a los cuatro vientos. No tenemos que sentirnos menos que nadie. Que el camino no es fácil y está lleno de piedras que van a impedirlo ya lo sabemos, pero no por ello vamos a cesar en nuestro esfuerzo. No olvidéis que a «ningún marinero el mar en calma le hizo experto navegante».

Pero no olvidemos que debemos sumar entre todos, y cuantos más sumemos menos se notarán aquellos que restan. Hemos pasado unos años donde la «niebla» no nos dejaba ver con claridad el futuro, pero ahora que estamos fuera de ella, avancemos y hagamos que la caravana de mediadores que nos desplazamos a diferentes lugares continuamente a difundir mediación, sea una caravana que no cese, que cada vez haya más gente subida a ella, sean mediadores o no.

Pero no debemos olvidar las sombras, que existen y deben existir, a las que nuestro objetivo debe ser dar luz. Aceptemos que hay mucha gente que no es mediadora, y nunca lo van a ser, y solo pululan por estos mundos para  hacer negocio, para aprovecharse de lo que vamos sembrando. Es el mercado libre que tienen por bandera publicar, somos  conscientes de ello. Lo positivo es que pasados unos años, cuando ya hayan exprimido sus planes estratégicos, lo que quedará en la mediación serán los verdaderos profesionales, los de vocación.

Pero dejarme que a este grupo le de las gracias por existir, por dejarse ver tan pronto y les diga que no solo se vive del dinero, también hay algo que se llama amistad y lealtad, de la que ellos solo han oído hablar.

Y gente que aún siendo mediadores, perdón, formados en mediación, solo restan, porque no saben sumar. Sus actitudes solo trasmiten al ciudadano la sensación de mal rollo entre mediadores. Os podéis imaginar que dos mediadores resuelvan sus conflictos personales en los juzgados…

Pero en mi balance me quedo con las personas, con sus emociones, sus proyectos, sus ideas, sus ilusiones, el brillo de felicidad en sus ojos cuando hablan y sienten la mediación. El día que no vea ese brillo en los ojos de los mediadores, os prometo que lo dejo.

Hay mucho mediador formado, y me alegro por ello, porque indirectamente son sembradores de mediación en sus entornos, ejerzan o no la mediación. Quien mejor puede hablar de la mediación es quien la conoce no quien la ve como un enemigo. 

Haced balance y comprobad el signo final del mismo, ojalá sea positivo, pero no olvidéis que la mediación ha venido para quedarse, guste o no guste.

«La ilusión es una emoción que genera energía para encaminarnos hacia nuestras metas».

Un abrazo y como siempre GRACIAS.

Jose A. Veiga 

Un comentario en “Luces y sombras en la mediación.

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