Diferencias entre terapia familiar y mediación: mejora la comunicación y resuelve conflictos.

La terapia y la mediación familiar son dos enfoques cruciales para abordar conflictos y crisis dentro de las familias. En este post, explorare sus diferencias, objetivos y cómo pueden beneficiar a las personas que atraviesan momentos difíciles. Tanto la terapia como la mediación ofrecen herramientas valiosas para mejorar la comunicación, resolver disputas y promover relaciones saludables.

Pero son diferentes.   “Cada zapatero a sus zapatos”.

Terapia familiar

La terapia familiar tiene como objetivo fundamental la evaluación, el acompañamiento, la orientación y el tratamiento psicológico de cualquier problema o sintomatología clínica que presente la familia en su conjunto. Aunque se atiende a síntomas o demandas concretas, la intervención se plantea de manera más amplia, abarcando las dinámicas y pautas relacionales de los miembros familiares. Se explora la historia y experiencias pasadas para entender lo que está ocurriendo en el presente. En este sentido, la terapia busca resolver conflictos subyacentes o no evidentes a simple vista.

Mediación familiar

En contraste, la mediación familiar no se centra en el tratamiento psicológico, sino en la gestión y resolución de conflictos específicos y bien delimitados. Por ejemplo, en casos de divorcio, la mediación se utiliza para abordar temas como la guarda y custodia de los hijos. La mediación busca acuerdos prácticos y soluciones concretas.

Riesgos de confusión

  1. Confusión de roles: Mezclar estos enfoques puede llevar a una confusión de roles. Los terapeutas familiares pueden involucrarse en asuntos legales o administrativos, mientras que los mediadores pueden adentrarse en cuestiones emocionales sin la formación adecuada. Comunica claramente a tus clientes cuál es tu rol en cada situación. Explícales las diferencias entre terapia y mediación. Establece límites y expectativas desde el principio.
  2. Falta de profundidad: La mediación se centra en soluciones prácticas, pero no aborda problemas subyacentes. Si se confunde con la terapia, se corre el riesgo de no explorar a fondo las dinámicas familiares.
  3. Responsabilidad compartida: La mediación aumenta la responsabilidad de las partes implicadas en los acuerdos. Sin embargo, si se mezcla con la terapia, la responsabilidad puede diluirse, afectando la efectividad de ambas intervenciones.
  4. Formación específica: Asegúrate de tener una formación adecuada en ambos campos. La terapia y la mediación requieren habilidades y enfoques distintos. Participa en programas de capacitación y actualización para mantener tus conocimientos al día.
  5. Documentación y consentimiento informado: Documenta tus intervenciones y asegúrate de obtener el consentimiento informado de los clientes. Esto incluye explicarles los objetivos, métodos y limitaciones de tu enfoque (terapia o mediación).
  6. Red de referencias: Mantén una red de profesionales de confianza. Si identificas que un caso requiere un enfoque diferente al tuyo, deriva al cliente a un terapeuta o mediador especializado.

Recuerda que la confusión entre terapia y mediación puede afectar la calidad de la atención que brindas a tus clientes. Mantén la integridad profesional y busca siempre el beneficio de las familias que atiendes. Para evitar confusiones, es crucial que los profesionales se formen adecuadamente y tengan claridad sobre cuándo aplicar cada enfoque.

Aquí tienes 10 diferencias (a mi entender) entre terapia y mediación familiar.

  1. Objetivo:
    • Terapia familiar: Evaluar, tratar y acompañar a la familia en problemas clínicos y dinámicas relacionales.
    • Mediación familiar: Resolver conflictos específicos, como la custodia de los hijos en un divorcio.
  2. Enfoque:
    • Terapia familiar: Explora el pasado y las dinámicas familiares para comprender conflictos subyacentes.
    • Mediación familiar: Se centra en soluciones prácticas en el presente.
  3. Duración:
    • Terapia familiar: Puede ser prolongada y estructural.
    • Mediación familiar: Más breve y concreta.
  4. Profundidad:
    • Terapia familiar: Busca cambios profundos y estructurales.
    • Mediación familiar: Soluciones superficiales.
  5. Rol del Profesional:
    • Terapia familiar: Psicoterapeuta.
    • Mediación familiar: Mediador.
  6. Historia Familiar:
    • Terapia familiar: Explora la historia de la familia.
    • Mediación familiar: Se enfoca en el conflicto actual.
  7. Comunicación:
    • Terapia familiar: Mejorar la comunicación general.
    • Mediación familiar: Facilitar la comunicación para resolver un problema específico.
  8. Cambios Personales:
    • Terapia familiar: Busca cambios individuales y familiares.
    • Mediación familiar: Se centra en acuerdos prácticos.
  9. Confidencialidad:
    • Terapia familiar: Confidencial.
    • Mediación familiar: Información compartida con el otro cónyuge o parte involucrada.
  10. Ejemplo:
    • Terapia familiar: Trabajar en la comunicación entre padres e hijos.
    • Mediación familiar: Negociar un plan de visitas para los hijos después del divorcio.

Algunas características clave de los roles del mediador familiar y del terapeuta:

Mediador familiar:

  1. Orientador del proceso:
    • El mediador guía a las partes en la resolución de conflictos.
    • No juzga ni toma decisiones por ellas.
  2. Facilitador de la comunicación:
    • Fomenta el diálogo entre los miembros de la familia.
    • Ayuda a expresar sus puntos de vista y necesidades.
  3. Análisis de la situación:
    • Evalúa la dinámica familiar y los problemas específicos.
    • Identifica áreas de conflicto y posibles soluciones.

Terapeuta familiar:

  1. Evaluación psicológica:
    • Analiza a los miembros de la familia desde una perspectiva clínica.
    • Busca patrones disfuncionales y áreas de mejora.
  2. Enfoque integral:
    • Aborda conflictos entre padres e hijos, especialmente en la adolescencia.
    • Proporciona métodos personalizados para promover la armonía familiar.
  3. Apoyo emocional:
    • Ofrece orientación y apoyo durante el proceso terapéutico.
    • Facilita cambios positivos y bienestar emocional.

En resumen, el mediador se enfoca en la resolución de conflictos, mientras que el terapeuta evalúa y trata aspectos psicológicos más amplios en la familia.

GRACIAS

José A. Veiga

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