
La terapia y la mediación familiar son dos enfoques cruciales para abordar conflictos y crisis dentro de las familias. En este post, explorare sus diferencias, objetivos y cómo pueden beneficiar a las personas que atraviesan momentos difíciles. Tanto la terapia como la mediación ofrecen herramientas valiosas para mejorar la comunicación, resolver disputas y promover relaciones saludables.
Pero son diferentes. “Cada zapatero a sus zapatos”.
Terapia familiar
La terapia familiar tiene como objetivo fundamental la evaluación, el acompañamiento, la orientación y el tratamiento psicológico de cualquier problema o sintomatología clínica que presente la familia en su conjunto. Aunque se atiende a síntomas o demandas concretas, la intervención se plantea de manera más amplia, abarcando las dinámicas y pautas relacionales de los miembros familiares. Se explora la historia y experiencias pasadas para entender lo que está ocurriendo en el presente. En este sentido, la terapia busca resolver conflictos subyacentes o no evidentes a simple vista.
Mediación familiar
En contraste, la mediación familiar no se centra en el tratamiento psicológico, sino en la gestión y resolución de conflictos específicos y bien delimitados. Por ejemplo, en casos de divorcio, la mediación se utiliza para abordar temas como la guarda y custodia de los hijos. La mediación busca acuerdos prácticos y soluciones concretas.
Riesgos de confusión
- Confusión de roles: Mezclar estos enfoques puede llevar a una confusión de roles. Los terapeutas familiares pueden involucrarse en asuntos legales o administrativos, mientras que los mediadores pueden adentrarse en cuestiones emocionales sin la formación adecuada. Comunica claramente a tus clientes cuál es tu rol en cada situación. Explícales las diferencias entre terapia y mediación. Establece límites y expectativas desde el principio.
- Falta de profundidad: La mediación se centra en soluciones prácticas, pero no aborda problemas subyacentes. Si se confunde con la terapia, se corre el riesgo de no explorar a fondo las dinámicas familiares.
- Responsabilidad compartida: La mediación aumenta la responsabilidad de las partes implicadas en los acuerdos. Sin embargo, si se mezcla con la terapia, la responsabilidad puede diluirse, afectando la efectividad de ambas intervenciones.
- Formación específica: Asegúrate de tener una formación adecuada en ambos campos. La terapia y la mediación requieren habilidades y enfoques distintos. Participa en programas de capacitación y actualización para mantener tus conocimientos al día.
- Documentación y consentimiento informado: Documenta tus intervenciones y asegúrate de obtener el consentimiento informado de los clientes. Esto incluye explicarles los objetivos, métodos y limitaciones de tu enfoque (terapia o mediación).
- Red de referencias: Mantén una red de profesionales de confianza. Si identificas que un caso requiere un enfoque diferente al tuyo, deriva al cliente a un terapeuta o mediador especializado.
Recuerda que la confusión entre terapia y mediación puede afectar la calidad de la atención que brindas a tus clientes. Mantén la integridad profesional y busca siempre el beneficio de las familias que atiendes. Para evitar confusiones, es crucial que los profesionales se formen adecuadamente y tengan claridad sobre cuándo aplicar cada enfoque.
Aquí tienes 10 diferencias (a mi entender) entre terapia y mediación familiar.
- Objetivo:
- Terapia familiar: Evaluar, tratar y acompañar a la familia en problemas clínicos y dinámicas relacionales.
- Mediación familiar: Resolver conflictos específicos, como la custodia de los hijos en un divorcio.
- Enfoque:
- Terapia familiar: Explora el pasado y las dinámicas familiares para comprender conflictos subyacentes.
- Mediación familiar: Se centra en soluciones prácticas en el presente.
- Duración:
- Terapia familiar: Puede ser prolongada y estructural.
- Mediación familiar: Más breve y concreta.
- Profundidad:
- Terapia familiar: Busca cambios profundos y estructurales.
- Mediación familiar: Soluciones superficiales.
- Rol del Profesional:
- Terapia familiar: Psicoterapeuta.
- Mediación familiar: Mediador.
- Historia Familiar:
- Terapia familiar: Explora la historia de la familia.
- Mediación familiar: Se enfoca en el conflicto actual.
- Comunicación:
- Terapia familiar: Mejorar la comunicación general.
- Mediación familiar: Facilitar la comunicación para resolver un problema específico.
- Cambios Personales:
- Terapia familiar: Busca cambios individuales y familiares.
- Mediación familiar: Se centra en acuerdos prácticos.
- Confidencialidad:
- Terapia familiar: Confidencial.
- Mediación familiar: Información compartida con el otro cónyuge o parte involucrada.
- Ejemplo:
- Terapia familiar: Trabajar en la comunicación entre padres e hijos.
- Mediación familiar: Negociar un plan de visitas para los hijos después del divorcio.
Algunas características clave de los roles del mediador familiar y del terapeuta:
Mediador familiar:
- Orientador del proceso:
- El mediador guía a las partes en la resolución de conflictos.
- No juzga ni toma decisiones por ellas.
- Facilitador de la comunicación:
- Fomenta el diálogo entre los miembros de la familia.
- Ayuda a expresar sus puntos de vista y necesidades.
- Análisis de la situación:
- Evalúa la dinámica familiar y los problemas específicos.
- Identifica áreas de conflicto y posibles soluciones.
Terapeuta familiar:
- Evaluación psicológica:
- Analiza a los miembros de la familia desde una perspectiva clínica.
- Busca patrones disfuncionales y áreas de mejora.
- Enfoque integral:
- Aborda conflictos entre padres e hijos, especialmente en la adolescencia.
- Proporciona métodos personalizados para promover la armonía familiar.
- Apoyo emocional:
- Ofrece orientación y apoyo durante el proceso terapéutico.
- Facilita cambios positivos y bienestar emocional.
En resumen, el mediador se enfoca en la resolución de conflictos, mientras que el terapeuta evalúa y trata aspectos psicológicos más amplios en la familia.
GRACIAS
José A. Veiga