¿Lluvia fina o tormenta…?

Siempre he defendido que la difusión de la mediación debe hacerse como la lluvia fina, que vaya impregnando la sociedad, que poco a poco los ciudadanos vayan conociendo la verdadera Mediacion. Sin prisas pero sin pausa, no atracó es de publicidad y luego se olvida todo.

Si salimos a la calle y preguntamos a nuestro entorno,¿qué entiendes por mediación ? Seguro que la mayoría no conoce la verdadera mediación, oyen la palabra mediacion, en noticias, en anuncios de seguros, buscan en diccionarios, analizan la misma y creen que el mediador «es la persona que se encuentra en el medio, que escucha y una vez oídas las dos partes asesora o aconseja»,…. Y claro cuando les decimos que nosotros no asesoramos ni aconsejamos y mucho menos decidimos por ellos, su cara cambia por momentos, y comentan: » y para eso van a mediación, cobráis por ello, por escuchar sólo…», y eso las personas que pueden haber o no oído de mediación, pero cuando hablas a profesionales que insisten que ellos ya median siempre, porque saben escuchar a sus clientes o pacientes, y se les olvida que ellos asesoran, que ellos dirigen a sus clientes hacia la solución más adecuada, ¿para quién? Para el cliente o paciente o para los intereses del profesional…

Cuando les indicamos que nosotros les ayudamos a recuperar el canal de comunicación que se ha perdido, que facilitamos un espacio donde ellos puedan hablar, que les vamos ayudar a que ellos encuentren una salida a su conflicto, que sobre todo tengan en cuenta que son ellos quienes darán las soluciones y los acuerdos,… Y ahora si que te miran y piensas en su interior: » de donde viene esta persona, eso que me dice en muy bonito pero irreal,… Es utópico,…»

No será mejor hacer una difusión correcta de la mediación, implicando a las administraciones públicas, asociaciones públicas y privadas, colegios profesionales, pero con charlas «cara a cara» explicando a los ciudadanos en que consiste y sobre todo quitando esos «miedos» a lo desconocido. Pero esto no se debe hacer sólo con grandes campañas en medios de comunicación, grandes anuncios, que cuestan mucho dinero,… Pensemos si ese dinero invertido se diera para múltiples charlas de mediadores profesionales en centros cívicos, asociaciones, colegios, institutos,… ¿No sería más rentable?… seamos portadores de la lluvia fina.

Porque una tormenta durante diez días no está mal, pero y luego…. En los centros escolares hacemos campañas durante una semana para sacar dinero para ayudar en proyectos solidarios, pero y después de esa semana, …… ¿se acaban las necesidades, los problemas en el mundo….?Se mueren en el mundo 40000 niños a diario, y hoy podemos pensar que la cifra es alta o no, y hasta reflexionare,… Pero ayer fueron 40000 y mañana otros 40000…

Una campaña intensiva de radio, televisión, prensa sobre la mediación está muy bien (cuando alguien se decida hacerla) pero si luego no viene la «infantería» de mediadores a difundir la lluvia fina, no es exitosa, será puntual pero poco exitosa…. Luego hagamos un plan estratégico implicando a todos, si verdaderamente queremos como sociedad apostar por este método de resolución de conflictos que no es el único, es otro más.

Dejar que formemos desde cualquier colegio profesional, universidad, asociación, entidad,…. Que como no haya mediaciones al final todo se acabara, seremos unos grandes mediadores de papel, pero de prácticas nada de nada. Quedara muy bonito en los curriculum o en las placas.

Entremos a «discutir» sobre las horas de formación, si el registro, si el seguro, si Intrajudicial o extrajudicial, si no hay lluvia fina al final este árbol no crecerá nunca.

Porque sabéis que una vez que conoces la mediación, como dice una amiga mía, te entra un «síndrome» que no te deja y ves mediacion en muchos aspectos, momentos y campos de nuestra vida.

GRACIAS por existir.

3 comentarios en “¿Lluvia fina o tormenta…?

  1. Cooperar frente a litigar. La cultura de la paz. Es un salto cualitativo bastante complejo, cuya interiorización social, sin duda, requerirá de más pedagogía que reglamentos. En el “tótum revolútum” que parece acompañar a la implementación de la mediación en España, se mezclan demasiados intereses, expectativas, temores e ilusiones, distorsionados por el escenario económico que vivimos. España, sin embargo, no es más diferente que cualquier otro lugar. De hecho, los ADR vienen utilizándose –de una u otra forma- desde hace mucho tiempo en nuestro país.

    La mediación representará un cambio de paradigma en la medida en que interioricemos e interactuemos en lo cotidiano con la filosofía o principios que la inspiran y que poco tienen de novedoso, exceptuando la implementación de procedimientos, protocolos o modalidades de abordarla, pero que hunde sus raíces en el principio de los tiempos

    La novedad radica –a mi entender- en el cambio de interpretación que puede suponer nuestra incipiente y limitada concepción del mundo, como espectadores de una realidad que va más allá de lo lineal, de lo inmutable y de lo espacio-temporal, como segmentación de una realidad que solo queremos percibir como parcial o particular (y generalmente interesada).

    Fina o no la lluvia, pero me malicio que tendrá que llover a cantaros.

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