La leyenda del puente.

Encontré una leyenda que podría hacernos reflexionar a los mediadores familiares sobre nuestro papel profesional:

La Leyenda del Puente

Había una vez dos hermanos que vivían en granjas adyacentes. Un día, después de 40 años de trabajar juntos, compartiendo maquinaria, comerciando mano de obra y productos, se pelearon. Comenzó con un pequeño malentendido y creció hasta convertirse en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.

Una mañana, alguien llamó a la puerta del hermano mayor. Al abrir, encontró a un hombre con herramientas de carpintero. “Estoy buscando trabajo”, dijo, “quizás usted tenga algún trabajo pequeño que yo pueda hacer”. “Sí”, dijo el hermano mayor, “tengo un trabajo para ti. Mira al otro lado del arroyo, en esa granja vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros, pero él desvió el cauce del arroyo para que nos separara. Me gustaría que construyeras una valla, un muro, para que no tenga que verlo nunca más”.

El carpintero dijo: “Creo que comprendo la situación. Muéstrame dónde están los clavos y la pala para hacer los postes, y te entregaré un trabajo que te satisfará”.

El hermano mayor ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir al pueblo. El carpintero trabajó duro todo el día midiendo, cortando y clavando.

Al atardecer, cuando el granjero regresó, el carpintero había terminado su trabajo. El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, no había ninguna valla. En su lugar, había un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una verdadera obra de arte, con todo y pasamanos.

En ese momento, su hermano menor vino desde su granja. Al ver el puente, se dirigió hacia su hermano mayor y dijo: “Eres una persona increíble, construir un puente después de todo lo que he dicho y hecho”. Mientras se movían para encontrarse en medio del puente, el hermano mayor vio al carpintero guardar sus herramientas y marcharse. “Espera, buen hombre”, gritó el granjero, “tienes más trabajo que hacer”. El carpintero respondió: “Lo siento, pero tengo muchos puentes que construir”.

La leyenda del puente ofrece varias lecciones valiosas que podemos aplicar en nuestro trabajo como mediadores familiares:

  1. Construir puentes, no muros: Al igual que el carpintero en la leyenda, nuestro papel como mediador es construir puentes de comunicación y entendimiento entre las partes en conflicto, no muros que los separen. Esto implica facilitar la comunicación abierta y honesta, ayudar a las partes a entender las perspectivas y sentimientos del otro, y trabajar hacia soluciones que satisfagan las necesidades de todos.
  2. Enfocarse en soluciones, no en problemas: El hermano mayor inicialmente quería un muro para separarse de su hermano, pero el carpintero vio una oportunidad para una solución más positiva y constructiva: un puente. Como mediador, nuestro objetivo es ayudar a las partes a moverse más allá de sus disputas y diferencias y a enfocarse en encontrar soluciones que puedan mejorar su relación.
  3. Promover el perdón y la reconciliación: La construcción del puente en la leyenda llevó a los hermanos a reconciliarse. Como mediador, podemos desempeñar un papel importante en ayudar a las partes a perdonar y a reconciliarse. Esto puede implicar ayudarles a expresar sus sentimientos de manera segura, a reconocer el dolor del otro y a disculparse si es necesario.
  4. Ser imparcial y neutral: El carpintero en la leyenda no tomó partido en el conflicto entre los hermanos. De manera similar, como mediador, es crucial que mantengamos la neutralidad y no tomemos partido. Nuestro papel es facilitar la comunicación y ayudar a las partes a llegar a su propia solución, no imponer nuestras propias opiniones o soluciones.
  5. Fomentar la empatía y la comprensión: Finalmente, la leyenda nos recuerda la importancia de la empatía y la comprensión en la resolución de conflictos. Como mediador, podemos ayudar a las partes a desarrollar una mayor empatía y comprensión mutua, lo que puede ser clave para resolver sus diferencias y mejorar su relación.

Esta leyenda nos recuerda que los mediadores familiares, como el carpintero, jugamos un papel crucial en la construcción de puentes de comunicación y entendimiento entre las partes en conflicto. Nuestro objetivo es ayudar a las personas a encontrar soluciones mutuamente satisfactorias y duraderas. A veces, un pequeño malentendido puede convertirse en un gran problema, y es ahí donde los mediadores podemos intervenir para ayudar a reconstruir las relaciones.

GRACIAS

José A. Veiga

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