La mediación familiar es un proceso extrajudicial en el que un mediador neutral e imparcial ayuda a las partes en conflicto a alcanzar un acuerdo mutuamente satisfactorio. Se trata de una herramienta eficaz para resolver diversos tipos de disputas familiares, como:
- Separación y divorcio: Custodia de los hijos, régimen de visitas, pensión alimenticia, reparto de bienes, etc.
- Herencias y sucesiones: Reparto de la herencia, testamentos, legítimas, etc.
- Violencia familiar: Conflictos entre padres e hijos, hermanos, parejas, etc.
- Problemas de comunicación: Dificultades para comunicarse de manera efectiva, falta de respeto, desavenencias en la toma de decisiones, etc.
¿Cómo saber si la mediación familiar es adecuada para tu caso?
Para ayudar a nuestros posibles usuarios, de los servicios que ofrecemos, a determinar si la mediación familiar puede ser una buena opción para ti, yo les invito a reflexionar sobre las siguientes 10 preguntas:
- ¿Existe un conflicto real entre las partes? La mediación no es un proceso terapéutico ni de asesoramiento, por lo que es importante que haya un conflicto concreto que resolver.
- ¿Están las partes dispuestas a dialogar y llegar a un acuerdo? La mediación requiere la voluntad y el compromiso de todas las partes involucradas.
- ¿Es el conflicto susceptible de ser resuelto mediante un acuerdo? Algunos conflictos, como los que implican violencia o abuso, pueden no ser adecuados para la mediación.
- ¿Han intentado otras formas de resolver el conflicto sin éxito? La mediación puede ser una alternativa a otros procesos más largos y costosos, como los juicios.
- ¿Confían las partes en un mediador neutral e imparcial? El mediador no debe tomar partido por ninguna de las partes, sino que debe facilitar la comunicación y el diálogo.
- ¿Están las partes dispuestas a ceder y buscar soluciones creativas? La mediación no busca imponer una solución, sino que se basa en el consenso y la colaboración.
- ¿Es importante para las partes mantener una relación cordial en el futuro? La mediación puede ayudar a preservar las relaciones familiares, incluso después de un conflicto.
- ¿Tienen las partes la capacidad emocional para afrontar el proceso de mediación? La mediación puede ser un proceso emocionalmente intenso, por lo que es importante que las partes estén preparadas.
- ¿Tienen las partes claro cuáles son sus intereses y necesidades? Reflexionar sobre estos aspectos antes de iniciar la mediación puede ser útil para llegar a un acuerdo.
- ¿Están las partes dispuestas a invertir tiempo y esfuerzo en el proceso de mediación? La mediación requiere la participación activa de todas las partes involucradas.
Si responden afirmativamente a la mayoría de estas preguntas, es probable que la mediación familiar sea una buena opción para él/ella. Un mediador profesional puede ayudarle a iniciar el proceso y guiarle en la búsqueda de un acuerdo satisfactorio para todas las partes.
Recordarles que la mediación es un proceso voluntario y confidencial. Las partes tienen derecho a retirarse del proceso en cualquier momento.
Si estás interesado/a en la mediación familiar, les invitamos a contactar con un mediador profesional o con un centro de mediación especializado en conflictos familiares.
GRACIAS
José A. Veiga