La mediación pedagógica.

Pablo Freire define la mediación pedagógica como «el tratamiento de contenidos y de las formas de expresión de los diferentes temas a fin de hacer posible el acto educativo, dentro del horizonte de una educación concebida como participación, creatividad, expresividad.»

Un buen mediador debe ser una persona que sepa usar el gran poder de la palabra y las bases de la comunicación y en el caso de un buen pedagogo debe hacer uso de diferentes fuentes, fomentar la investigación, desarrolla diversidad de materiales didácticos y tener claro que es lo que pretende impartir y enseñar a cada educando para que, sus alumnos, sean verdaderos receptores y perceptores del proceso.

El acto educativo o el proceso de mediación no tendrá éxito si el educador o el mediador no tienen en cuenta las características de la mediación pedagógica o la pedagogía de la mediación. 

Estas características en la educación son: educar para la incertidumbre, educar para gozar de la vida, educar para formar personas integrales, educar para saber expresarse, educar para convivir y educar para apreciar la adquisición de conocimientos.

Y en la mediación: mediar para intentar convivir, recuperar canales de comunicación escuchar activamente.

En otro orden, en el proceso de la mediación pedagógica hay que tomar en cuenta las funciones cognitivas, como son la memoria, la atención, el lenguaje, el razonamiento. En el proceso de la pedagogía de la mediación debemos tomar en cuenta empatía, escucha activa, asertividad, mensajes en yo, …

Ahora intercambiemos las funciones de la pedagogía y la mediación, mezclemos las mismas y observemos que se pueden usar en otras, ellas nos van a permitir elaborar un itinerario en ambos procesos con un fin, establecer unas estrategias a utilizar en cada situación que se nos plantee.

La manida metacognición nos permite planificar esa estrategia a la que hacía referencia para usar la adecuada en cada situación en cada etapa del proceso sea de la pedagogía como de la mediación.

La función mediadora de la pedagogía tiende un puente entre el educando y el conocimiento, entre lo que sabe y lo que no sabe, entre sus experiencias y los conceptos, entre su presente y su futuro, dotando de sentido al acto educativo y al proceso de mediación. El educador o el mediador es concebido como asesor pedagógico, como especialistas en resolver conflictos, como mediador que debe facilitar el autoaprendizaje, la construcción de conocimientos, la actitud positiva y la participación del educando o de las partes, contribuyendo a que la educación o la mediación se experimente como una actividad creativa.

 Si tenemos en cuenta la evolución del significado social de la palabra mediación, a través del tiempo, vemos que, mediación es: acción o efecto de mediar, llegar a la mitad de una cosa real o deliberadamente, en la que el “mediador” facilita que las dos partes del conflicto sean las que propongan el acuerdo final, sin que alguna de ellas se sienta perdedora. La función del mediador es cuestionar la postura de las partes para hacerles ver la luz.

Si aplicamos el último contenido con la intencionalidad de enseñar, la mediación se transforma en pedagógica y se puede definir de la siguiente manera: mediación pedagógica es el procedimiento por el cual el «mediador”, uno de estos tres integrantes en el proceso educativo: docente – alumno – contenido, o en la mediación: parte A- mediador- parte B, logra facilitar la resolución del conflicto entre las otras dos partes intervinientes. La función del mediador es cuestionar la postura de las partes para lograr la apropiación del conocimiento de la realidad de cada uno.

Según Daniel Prieto Castillo “Es pedagógica aquella mediación capaz de promover y acompañar el aprendizaje de nuestros interlocutores, es decir promover en los otros la tarea de construirse y de apropiarse del mundo y de sí mismos”.

Por suerte en una institución educativa, cuya intencionalidad es la transmisión de la cultura y adquisición de conocimientos hay muchos actores que, en algún momento, cumplen la función del mediador.

La mediación, así entendida, cambia la concepción que se tenía de los actores de la educación, docente, alumno, directivo…, quienes dan vida a una institución educativa.

Resulta interesante analizar esa relación desde el lugar de cada uno de ellos y tener así una idea más acabada de su rol en la mediación.

Desde el lugar del docente:

La mediación es una tarea de interacción en la que es importante la actitud del docente, quien se constituye en un mediador cultural, puesto que continúa ampliando las acciones o situaciones que anteriormente el alumno recibió de su medio. La cultura aporta un código de interpretación que permite la construcción de sentidos y significados, muchas veces, transmitido en forma inconsciente.

Por otra parte, el docente adquiere un significado simbólico cuando ante la sociedad asume el rol que la cultura le asigna: desarrollo de las funciones psicológicas superiores y se constituye en el mediador de la didáctica del conocimiento y lo hace conscientemente y con intencionalidad.

A. Será un profesional de la educación si:

En el ámbito de la escuela:

• Diagnostica situaciones, propone y realiza diversas alternativas de acción.

• Implementa soluciones originales frente a situaciones problemáticas.

• Participa en las decisiones, desarrolla iniciativas.

• Pone énfasis en su preocupación por el saber, liga permanentemente pensamiento, valor y acción.

• Enriquece sus propias acciones e ideas y desarrolla la capacidad de reflexionar críticamente.

• Realiza un trabajo participativo, intercambia ideas, puntos de vista, logros y dificultades.

• Ejerce su autonomía a nivel curricular realizando un punto de encuentro entre el saber erudito y el saber cotidiano o popular.

• Define sus propias necesidades de capacitación y perfeccionamiento.

• Exhibe y evalúa críticamente los resultados de su labor educativa y los asume con responsabilidad.

En el ámbito con sus alumnos:

• Se apropia de la consigna “todos pueden aprender” y aprecia su potencial de aprendizaje, buscando estrategias, métodos, técnicas de enseñanza.

• Toma conciencia del nivel de expectativas de escolaridad que tiene frente a sus alumnos, especialmente si estos provienen de hogares de pocos recursos.

B. Será un profesional de la mediación si logra:

• Dominar las diferentes fases del proceso de mediación.

• Dominar técnicas de comunicación.

  • Crear situaciones auténticas, activas,
  • Identificar intereses, necesidades y sobre todo posiciones de las partes.
  • Logra mover las posiciones de las partes.

Será, en definitiva, quien facilite que, en el encuentro entre el alumno y el contenido, entre las partes y el conflicto, aquél que se apropie de éste, y al reconstruirlo, logre construirse y enriquecerse a sí mismo.

Este vínculo constituye un modelo especial de interacción. Se ponen en juego una red de significaciones, valores, formas de ser, hacer y pensar.

En esta trama, tanto el docente-mediador como el alumno-parte pueden colocarse como observadores, receptores o espectadores o bien como actores, productores o creadores de conocimiento.

El estilo de experiencias que el docente-mediador construya en el aula-despacho, y no sólo los temas específicos del diseño curricular-del conflicto, serán también fuentes de saber y aprendizaje. Así, el tipo de mensajes que predominen en el circuito de comunicación dentro del proceso, la vivencia de los ritos y tradiciones que circulen en la sociedad, forman parte del conocimiento transmitido y adquirido.

Muchas gracias por leerme.

José Antonio Veiga Olivares

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