Cuando te encuentras en una situación de impasse durante una mediación, es fundamental mantener la calma y aplicar estrategias para avanzar hacia una solución.

En el proceso de mediación, es común encontrarse con situaciones en las que las partes mantienen una relación enredada y el diálogo se vuelve intenso. Para superar este impasse, los mediadores aplicamos diversas técnicas con el objetivo de generar una interacción diferente y resolver el conflicto.

A continuación, te presento algunas estrategias que yo considero efectivas:

1. Reconoce el impasse:
   o Acepta que las partes están atascadas en sus posiciones y no pueden avanzar.
   o No te frustres; el impasse es común en la mediación.
2. Escucha activa:
   o Presta atención a las preocupaciones y emociones de las partes.
   o ¿Qué necesidades o intereses subyacen detrás de sus posiciones?
3. Reencuadra el problema:
   o Ayuda a las partes a ver el conflicto desde diferentes perspectivas.
   o Pregunta: “¿Cómo podríamos abordar esto de manera diferente?”
4. Genera opciones creativas:
   o Busca soluciones que satisfagan las necesidades y preocupaciones de ambas partes.
   o Fomenta la creatividad y la flexibilidad.
5. Explora alternativas:
   o ¿Hay otras formas de resolver el conflicto?
   o Considera la mediación en etapas o la posibilidad de consultar a expertos.
6. Controla las emociones:
   o La ira o la frustración pueden bloquear el proceso.
   o Ayuda a las partes a manejar sus emociones y a mantener la mente abierta.
7. Descansa y reanuda:
   o A veces, un impasse se resuelve con el tiempo.
   o Permíteles a las partes tomar un descanso y retomar la mediación más tarde.
   Recuerda que, como mediador, tu papel es facilitar el diálogo y guiar a las partes hacia soluciones mutuamente satisfactorias.
8. Técnica del embudo: Esta técnica, heredada de la teoría de negociación y liderazgo, se adapta bien a los procesos de mediación. Cuando el diálogo sobre un tema específico provoca intensas contiendas, el mediador fragmenta el problema principal. Luego, se aborda otro tema íntimamente relacionado que no genere tanta disputa o que tenga una solución más sencilla. Por ejemplo, en disputas sobre la elección de un colegio para los hijos, se puede hablar primero sobre la disponibilidad horaria de los progenitores para acompañar y recoger al niño en el centro escolar antes de abordar la elección del nuevo colegio.
9. Técnica de la reframing (reencuadre cognitivo): Esta técnica consiste en cambiar la perspectiva o enfoque del conflicto. El mediador ayuda a las partes a ver el problema desde diferentes ángulos y a considerar nuevas soluciones. Por ejemplo, en una disputa laboral sobre un ascenso, el mediador podría preguntar: “¿Qué beneficios personales y profesionales obtendrían si trabajaran juntos en lugar de competir por el ascenso?”.
10. Técnica de la escucha activa: El mediador fomenta la escucha atenta y empática entre las partes. A veces, simplemente permitir que las personas se expresen sin interrupciones puede ayudar a desbloquear el impasse. La escucha activa también implica hacer preguntas abiertas para profundizar en los intereses y necesidades subyacentes.
11. Técnica de la sesión privada: En ocasiones, el mediador puede reunirse por separado con cada parte en una sesión privada. Esto permite a las partes compartir información confidencial o expresar sus preocupaciones sin la presión de la otra parte presente. Luego, el mediador puede utilizar esta información para facilitar un diálogo más productivo en la sesión conjunta.
12. Establecer metas claras y alcanzables: Define objetivos específicos y realistas. Comunica a las partes qué se espera de ellos. Establecer metas desafiantes pero alcanzables les proporciona una dirección clara y los motiva a esforzarse por lograr resultados académicos significativos.
13. Analizar y comprender las resistencias al cambio: Antes de superar la resistencia al cambio, es fundamental analizar y comprender las propias resistencias. Reflexiona sobre las barreras internas que puedan estar obstaculizando el proceso de cambio y busca formas de abordarlas.
14. Práctica en mediación: La práctica desempeña un papel fundamental en la mejora de la capacidad del mediador para facilitar un diálogo abierto y efectivo entre las partes en conflicto. La experiencia marca la diferencia entre un proceso estancado y una resolución exitosa.
    

Ejemplos aplicados en Mediación:
o Ámbito civil: En casos de divorcio prolongado y conflictivo, donde las partes se culpan mutuamente y recurren constantemente a decisiones judiciales, la mediación puede ayudar a cambiar la dinámica de confrontación. Además, estas técnicas pueden aplicarse a otros conflictos con patrones similares.
o Ámbito mercantil/empresarial: La mediación también se utiliza en disputas comerciales y empresariales, donde se buscan soluciones que beneficien a ambas partes.
o Mediación en conflictos vecinales: Imagina una disputa entre vecinos por el uso compartido de un estacionamiento. El mediador podría aplicar la técnica de la sesión privada para comprender las preocupaciones específicas de cada vecino. Luego, en la sesión conjunta, podría proponer un horario rotativo para el estacionamiento o buscar alternativas creativas para resolver el conflicto.

En resumen, la mediación se basa en la imparcialidad y la neutralidad del mediador, guiando a las partes hacia su propia solución del problema sin imponer decisiones. Estas estrategias y ejemplos demuestran cómo la mediación puede ser una herramienta valiosa para superar impasses y resolver conflictos de manera efectiva.

Recuerda que cada conflicto es único, y el mediador debe adaptar estas estrategias según las circunstancias y las personalidades de las partes involucradas.

Recuerda que cada contexto y situación requiere adaptar estas estrategias según las circunstancias. ¡¡¡Espero que encuentres útiles este post!!!

GRACIAS

José A. Veiga