Un dedal es un instrumento utilizado en costura que sirve para empujar la aguja cuando se da una puntada.
El dedal es un cubilete de pequeñas dimensiones que se inserta en uno de los dedos de la mano y se emplea para ejercer presión sobre la aguja en el proceso de costura. El dedal está fabricado en materiales rígidos como metal, lo que permite empujar la aguja sin pincharse el dedo. Para facilitar la operación, está cubierto de muescas en toda su superficie para apoyar la aguja con seguridad sin que resbale.
Hay un antiguo refrán que dice » Costurera sin dedal, cose poco y lo hace mal «.
Así que si no queremos ser malos costureros, aprendamos a utilizar bien nuestro dedal.
Dice una amiga mía, y mediadora : «La tarea, parece fácil, pero sin embargo no lo es. Es necesario acudir a buena sastrería, para formarnos. De lo contrario, aun teniendo un buen dedal, seremos sastres mediocres y el traje que diseñemos se convertirá en un prenda adquirida en un mercadillo».
Nuestro dedal en la mediación son las técnicas con las que empujamos a las partes a dar sus «puntadas» en el proceso. El mediador con sus dedal metálico puesto va construyendo a medida el traje que las partes van pidiendo y que se van probando poco a poco. Cada vez empujamos con una muesca diferente del dedal para empujar esa idea, ese sentimiento, esa posición, ese interés, la necesidad sin pincharnos porque empujamos con seguridad de que no va a resbalar ni nos va a pinchar.
Ese traje a la medida que las partes están diseñando debe ser cosido por un profesional, por un especialista que sepa hacer los patrones adecuados, cortas las piezas exactas para dar luego las puntadas convenientes para que todas encajen, no deben quedar muy tensas porque se pueden romper, ni tampoco muy holgadas dando la sensación de llevar varias tallas más.
Un traje perfecto, donde las partes han traído sus intereses, sus posiciones, sus necesidades, y han decidido que un sastre profesional haga dicho traje, que tenga las pruebas suficientes, sesiones necesarias,… Y al final todos tengamos esa sensación de GANAR-GANAR, aunque muchas veces el traje que hemos confeccionado al sastre no le gusté mucho, pero al fin y al cabo el traje es para las partes no para el mediador.
¿En qué dedo te pones el dedal?: en aquel donde te sientes más inseguro para que no resbales, reformulación, empatizar, preguntas,… Y no pasa nada por ponernos el dedal para protegernos, no hagamos un traje sin dedal,porque corremos más el riesgo de pincharnos, de resbalar, y de no empujar con la fuerza suficiente en aquellas partes de confección del traje a su medida,… No olvidéis A SU MEDIDA, no a la nuestra…
GRACIAS por tu tiempo.