La palabra amistad se está devaluando.


La palabra amistad se está devaluando. No cabe duda, la usamos con una facilidad asombrosa, se la ponemos a personas que conocemos y en un periodo de tiempo muy reducido ya le llamamos amigo. Y no me refiero solo a los amigos de las redes sociales, muchos de los cuales no conocemos físicamente, no les hemos abrazado nunca, ni sabemos cómo miran ni como sonríen, pero son amigos, presumimos de tener cientos o miles de ellos y parece que quien no tiene el número más alto es un mindundi en esto de la amistad. 

Yo quiero hablar de AMISTAD en mayúsculas, esas personas que saben que podemos contar con ellas en lo bueno, pero sobre todo en los momentos malos, cuando nos encontramos en una encrucijada y deseamos o necesitamos esos ojos amigos que nos entienden, esos oídos que nos escuchan y esas manos que con un simple roce nos tranquiliza. 

En los momentos de fiesta, de alegrías, de situaciones donde todo es Paz y felicidad, están todos, los AMIGOS y los amigos.

Una compañera de trabajo en el colegio un día me hizo una clasificación que me hizo pensar mucho, ella las relaciones sociales las clasificaba en : amigos, compañeros y coincidentes en la vida. Cuando me lo dijo me quede pensando y después de analizarlo debo darla la razón, pero me sirve en muchos aspectos de nuestra vida.

A mis alumnos les digo que una vez leí un proverbio que decía algo así: «cuando encuentres un amigo por cada letra de la palabra amistad, grábalo con letras de oro y guárdalo cerca de tu corazón». Y creo que me sobran letras…

¿Qué buscamos en una persona para considerarla AMIGO? Enumera las características que crees que debería tener tu amigo ideal, una vez que las hayas escrito, piensa si tú las tienes, para poder ofrecérselas a esa persona. Porque muchas veces pedimos o exigimos algo que nos otros no podemos dar, algo que carecemos en nuestra persona.

Como dice la frase de la foto, «la amistad no tiene precio, ¿o sí?». La verdadera AMISTAD claro que no tiene precio, pero la amistad que vendemos en la actualidad está de rebajas, tiene el precio de que cuando conseguimos lo que deseabamos de esa persona ya no nos sirve y cambiamos de amigos… NO TENGAMOS AMIGOS, MEJOR VIVAMOS LA AMISTAD.

Y ahora un último párrafo aplicado esta reflexión a la mediación: 

Tenemos mediadores en cualquiera de esas categorías, y el número va decreciendo según subimos los escalones, coincidentes en esto de la mediación hay muchos y cada día más, compañeros hay menos con los que nos relacionamos profesionalmente en nuestro entorno laboral, pero amigos dentro de la  mediación sí que hay pocos. 

Pensemos en qué categoría vamos poniendo esos nombres de mediadores que están en lo bueno y en lo malo, o aquellos que solo están cuando pueden sacar de ti algo para avanzar en su escalada hacia la cima. Os acordáis cuando un día escribí sobre las piedras en el camino de la mediación, las hay de distintos tamaños como los productos volcánicos que expulsa un volcán: cenizas, lapilli o bombas volcánicas. Esas piedras que debemos ir sorteando para llegar cada uno a nuestro objetivo, es lícito que cada uno tenga un objetivo pero no que para conseguirlo debemos pisar a los demás, porque sabéis una cosas: SOMOS MEDIADORES, NO COMPETIDORES.

Presumimos de que identificamos posiciones , necesidades e intereses, pero lanzo una pregunta y ya acabo el post. ¿Conocemos nuestra verdadera posición, nuestras verdaderas necesidades y sobre todo nuestros intereses?

Gracias.

José A.

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