Guía referencia para el mediador (Parte I)

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En los siguientes post me gustaría desgranar unas pequeñas orientaciones que sirvan de guía de referencia para algunos mediadores. Sin ser más ni menos  que nadie. Solo expresando aquello que pienso y me ha ayudado a mi.

En esta primera parte voy a intentar reflexionar sobre dos de los seis bloques que me parecen importantes como referencia para un mediador:

  1. Definir los objetivos.
  2. Esclarecer las posiciones.

1. Definir las metas y objetivos que me planteo en toda mediación.

Antes de empezar toda mediación debo tener claro que objetivos quiero, qué es exactamente lo que quiero de esta mediación que acabo de recibir en mi despacho. Qué es lo mínimo que debo conseguir para satisfacer a las partes. Qué estoy dispuesto a ofrecer para obtener lo que deseo. Cuál es el tiempo que dispongo para concluir la mediación.

Los objetivos deben ser claros y concisos. Que recuperen su canal de comunicación, que puedan hablarse, que no se falten al respeto… Mi objetivo no es que lleguen a un acuerdo.

Su objetivo en principio es ese, pero el mediador no debe obsesionarse en que lleguen a un acuerdo, pondrá de su parte todo lo que sea necesario, usará su caja de herramientas, pero no se debe sentir frustrado si no llegan a un acuerdo.

No olvidéis que no todo el mundo esta preparado para acudir a mediación y no todos los casos son mediables. Aunque queramos que todos se queden en mediación.

Para que un proceso de mediación pueda tener éxito y se llegue a un acuerdo que ambas partes acepten cumplir, es necesario que las dos tengan un cierto grado de “poder”.

El que menos necesidad tiene de llegar a un acuerdo tiene más poder, se siente superior.

Sólo hay acuerdo cuando las dos partes están de acuerdo. Es decir, la base de los acuerdos se encuentra en la COOPERACIÓN y no en la COMPETICIÓN.

Es más importante que las partes puedan hablar, se puedan comunicar y se levanten de las sesiones de mediación con la sensación de que han podido expresarse libremente y alguien, por fin, les ha escuchado, que llegar rápidamente aun acuerdo, que muchas veces se cierra en falso, o no satisface a las dos partes porque una ha cedido más que la otra.

Ceder es casi regalar, cambiar es modificar una posición.

2. Esclarecer las posiciones.

Identificar las posiciones claramente, ese es el primer paso que todo mediador debe dar, y hasta que no tenga clara la posición de cada uno, no debe avanzar. Nos entran las prisas por buscar rápidamente las necesidades o los intereses, sin conocer si sus posiciones están bien definidas.

Antes de pasar a otras fases, pregúntate: ¿Tengo claras las posiciones de las partes?, si la respuesta es SI, adelante. Si por el contrario las respuestas son NO o quizás, sigue indagando en las posiciones. Porque son las posiciones las que luego se deben mover, las que deben modificar (no ceder).

En la superficie se encuentran las posiciones. Éstas corresponden a lo que las partes manifiestan públicamente.

No olvides que en esas posiciones pueden existir implicaciones económicas y humanas que luego hagan que se modifiquen.

Pregúntate: ¿Cómo verán las posiciones las otras partes? ¿Con lo expuesto, quedan claras para TODOS (mediador y partes) las posiciones? ¿Con lo que me han contado, puedo establecer un resumen correcto de su posición?.

No olvidéis que los acuerdos no llegan nunca por la fuerza de los argumentos, las diferencias de poder o las razones de cada parte, sino por el acercamiento de POSICIONES, por las concesiones y por la CREATIVIDAD en el momento de construir nuevas soluciones.

(…)

 

 

 

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