Mediador para mediadores.

Nace o se hace

Este post le publique por primera vez el 29 de noviembre del 2015, hoy he decidido retomarlo.

Ya el propio título del post invita a pensar que algo no va bien… Los mediadores necesitamos un mediador para llegar a un fin común: que la mediación prospere, que la conozca la gente, que verdaderamente hagamos llegar lo que es mediación…

Hablamos y hablamos y cada uno tiene una opinión diferente, pero detrás de esas opiniones están las necesidades de cada uno así como los intereses reales y los ocultos.

Lo que me parece desconcertante es que cada uno en vez de dar su opinión que todas son muy respetables lo único que hacemos es tirar por los suelos las opiniones de los demás, no generamos opciones, pero las de los demás no valen. Eso mismo que observamos en casos de mediación donde solo uno da soluciones y el otro esta de observador destructivo, así somos nosotros. Criticamos, que es gratis, no SUMAMOS, sino que RESTAMOS, eso que no queremos en el proceso de mediación, eso mismo lo hacen algunos llamados mediadores.

Empezamos a discrepar entre mediaciones intrajudiciales y extrajudiciales o privadas, luego que unos colectivos son mejores que otros para mediar, que si los ilustres, que si psicólogos, que si jurídicos, hasta incluso economista, arquitectos, ingenieros, notarios,… Y un sin fin de profesiones que desean formarse en mediación, y a las que ponemos pegas y decimos que no vemos mediando… Y yo me pregunto, ¿es que hay alguna profesión más importante que otra para poder mediar? Claro están los que piensan que esto los que mejor lo hacen son los de rama jurídica porque ellos dominan las leyes, otros que en el aspecto psicosocial los psicólogos y compañía se mueven como pez en el agua… Pero no hemos quedado que hay que DESAPRENDER para volver APRENDER, y que el mediador no ASESORA, que no ACONSEJA, que no DIRIJE, que no CONDICIONA, que controla el PROCESO; que el mediador hace el traje de la mediación a la medida de las partes.

Hay mediadores que se forman simplemente por el famoso «y si…» (y si viene mal dadas algo tengo…) o por el no menos conocido «por si acaso…», incluso lo primero que les interesa es cuanto se va a ganar en esto… Y una vez han sacado sus cuentas con retenciones fiscales incluidas, prefieren seguir con su profesión original y dejar esta nueva actividad que no les va hacer aumentar su saldo bancario.
Claro que si encima les dices que en algunos lugares las intrajudiciales no se cobran…cambian de color y es cuando empiezan a opinar pero solo de que eso es una vergüenza (que lo es).

Y claro en muchos foros de debate, un muchas redes sociales, se enfrentan en discusiones absurdas sobre si uno lo hace mejor que otro, o si esta teoría es más efectiva que esta otra…

Que si esta ley ayuda solo a las intrajudiciales, que si beneficia a los notarios, que si las horas de formación no son las adecuadas,… Ya sabemos que no es la mejor ley ni el mejor desarrollo reglamentario, pero no creemos que deberíamos pensar en como llegar a la ciudadanía y que nos conozcan porque por mucho que debatamos que nos formemos, que seamos unos increíbles mediadores, si la gente NO DEMANDA el servicio de mediación ¿para qué nos sirve? Y no toda la culpa la tiene la administración, que parte tiene, nosotros estamos muy bien escribiendo ideas y post sobre mediación sin movernos sin seguir llamando a las puertas de la sociedad, esas puertas que se cierran cada vez mas pero que como siempre he defendido, cuando una puerta se cierra será la última antes de que otra se abra…

La mediación solo será demandada cuando el ciudadano la conozca, la necesite, la pruebe y vea sus beneficios. A pesar de todo yo APUESTO POR LA MEDIACIÓN Y QUIERO SER MEDIADOR. Por favor los que no se vean en la mediación que abandonen este barco y sin poner trabas dejen avanzar  a los demás. No todo el mundo vale para ser mediador.

Gracias y perdón si alguno se ha sentido aludido.
José Antonio Veiga

Un comentario en “Mediador para mediadores.

  1. Estando de acuerdo en el fondo del asunto, que lo estoy, quiero puntualizar algunas afirmaciones que haces.
    Creo que miles de profesionales se han formado pero no podemos decir que sean mediadores profesionales. Han realizado un curso, un experto o un máster, pero aún así no son mediadores. La Mediación no es una actividad más de un despacho, un estudio, o una consulta; la mediación es una profesión y así es como hay que entenderla y como se le debe dar a entender a la sociedad. Es cierto que unos profesionales tienen unas características distintas a otros, que según la rama de la que procedemos podemos tener unos conocimientos u otros, desarrollar mejor algunas habilidades o haber adquirido previamente el manejo de unas herramientas. Por eso, cuando hablamos de mediación profesional, los que creemos de verdad en ella, apostamos por la multidisciplinariedad, por los gabinetes compuestos de mediadores procedentes de la psicología, del ámbito jurídico o trabajo social.
    Los que hemos apostado al 100 % por la mediación como «profesión», es lícito y obligatorio que pensemos también en la parte económica y en los honorarios. Es lógico, pues llevamos años invirtiendo mucho dinero y esfuerzo para sacar adelante nuestros Gabinetes, para llegar a la sociedad y sobre todo para crear una necesidad en el uso de la mediación por parte de las personas en conflictos.
    En definitiva, pensamos que debería existir más unión entre los profesionales de la mediación, para ir todos a una, o esto se no cuaja. Si seguimos haciendo «la guerra» por nuestra cuenta difícilmente vamos a llegar a los potenciales usuarios de la mediación.
    Lo que es increíble, es que hables con profesionales que se han formado en un curso de 100 horas, vía online, y te digan que ellos no creen en la mediación. Que hables con una que dice que es mediadora familiar y que te afirme que ella no cree en la mediación penal, que pases por tu colegio profesional y escuches a compañeros decir que la mediación aquí no va a cuajar, que para qué quieren la mediación si ellos en sus despachos llevan toda la vida negociando. En fin, esto si que es preocupante. Por lo tanto, si lo pensamos bien, no solo hay que llegar a la sociedad como usuaria de las ADRs, si no que debemos de hacer pedagogía con los profesionales de cualquier rama para que sean los primeros que la valoren y la recomienden.

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